El precio a pagar
Aquél que de grado, sin coacción, es justo, no será desgraciado y no perecerá del todo. Mas el rebelde audaz que lleva una carga de tesoros injusta y violentamente acumulada, lo afirmo, con el tiempo amainará velas, cuando, roto el mástil, se apodere de él la angustia.
Llama a los que nada oyen, en medio del irresistible torbellino. Y el Destino se ríe del hombre insolente, viendo a aquél, que jamás se lo esperaba, abatido en medio de males sin remedio e incapaz de saltar por encima de la cresta de la ola. Su dilatada felicidad de antaño lo ha lanzado contra el escollo de la Justicia, y perece sin que nadie lo llore, sin que nadie lo vea.
Las Euménides
Esquilo
+Muchas veces es necesario que otra persona de cuenta de tus errores.
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