21.12.06

Situación Planchosa Nº1

Escenario: Día caluroso, esperas pacientemente la micro (pero no cualquier micro, esa que pasa cada 20 minutos pero se da el gusto de hacerte esperar 40). Todo va bien, a tu alrededor no hay mucha gente y en su mayoría son adultos mayores (ni un sólo joven que pudiera distraerte ni muchacha que acaparara tu atención).

Llega finalmente la locomoción y subes sin problema, pagas tu boleto y dispones rápidamente a buscar tu asiento, para ello te adelantas chocando penosamente el brazo de una anciana que paga (ya se fijan un par de miradas en ti). Tras el absurdo traspie caminas por el pasillo mirando de reojo en busca del anhelado asiento (recibes de vuelta muchas miradas). Casi al fondo distingues un puesto desocupado y emprendes el viaje chocando con cuanto maletín o bolsa se encuentre en tu camino, sin contar el desagradable obstáculo que significa caminar mientras la micro va andando.
Logras el objetivo, pero para tu agrado la persona que se encuentra ocupando el asiento del pasillo es una gorda jamona como de 5 pisos que además a sus pies (una característica inherente a este tipo de personaje) lleva 2 bolsas Jumbo (o Lider) a parte de una cartera tipo bolso en su falda. Miras a tu alrededor topandote con la mirada curiosa de más de la mitad de la micro que esperan atentos el final de tu empresa. Tu orgullo impide (como es costumbre) el darte vuelta o seguir caminando hasta el final del pasillo, ya que torpemente te has girado (quedando frente a la ventana, y a la señora) y has recibido la mirada del ser-obstaculo entre tu y tu asiento (le sonries). Ya es demasiado tarde y ves como tu copiloto hace malabares para ponerse de pie (no es una gorda ágil), parte corriendo las bolsas hacia el pasillo, se sostiene brutalmente del asiento de adelante, ayudandose de fierros y hombros, logra estabilizarse (miradas contemplan la acción, y tu cara levemente enrojecida). Sientes el aliento sofocado y pasas por el diminuto hueco entre la grasa sudorosa y el tibio asiento plástico. Estás sentada tratando de disimular el sonrojo mientras observas la hazaña de "la gorda" en forma inversa. No alcanzas a mirar por la ventana cuando te percatas que estás a solo 2 cuadras de tu destino, miras a tu lado y la gorda sonrie satisfecha y aliviada cubierta de transpiración tras haber terminado tan fastidioso trámite (le sonries de vuelta).
Esta vez llegarás un poco más tarde :S

1 comentario:

Anónimo dijo...

a mi tambien me ha pasado... y parece que la vieja gorda con bolsas viene siendo un clasico