4.2.07

hoy por hoy

- ¡Buenos días señorita!
- Buenos días
- Cuénteme ¿qué la trajo por estos lugares?
- (risas) es gracioso venía a contarle una historia
- Ahh sí? no sabía que hoy en día los jovenes contaban historias a los viejos, porque como usted podrá ver ya soy un hombre bordeando el ocaso
- Olvídese de eso yo simplemente busco alguien con quien hablar
- Pues adelante, estamos solos en medio de la nada no titubee. . .
- (sonrisa)

"Todo comenzó más o menos así.
Hace ya un buen tiempo me hablaba del asunto, muchas cosas en mi se vieron determinadas por ese inminente vacio en el espacio-tiempo donde ya no estaría conmigo, aún así las cosas sucedieron sin temor. Pasaban los días, quizas los meses y encontré algo que en primer lugar nunca pensé existiera y en segundo lugar tampoco creí que fuera ahí donde lo encontraría. Hubieron cortes, eso es cierto y no voy a negarlo, hubieron días que se hicieron eternos y donde el temor que me daban las heridas y el dolor me hacían perderme más en mis pensamientos, que ya no daban abasto. Caí en la desesperación, debo confesar que soy una persona que de una u otra forma siempre consigue lo que quiere (soy conciente de eso pero no me enorgullece) y esta vez se estaba tornando muchisimo más dificil, sin considerar que nunca fue capricho el impulso inicial, sino fuertísimos sentimientos.
El tiempo voló y las cosas resultaron. Con dolor, rabia y pena se logró la mayor de mis alegrías y la más profunda paz. Aún así siempre el tiempo corría a favor de ese fastidioso plazo.
Se contarón los días, ya no quedaba tiempo y no se podía seguir mendigando, todo estaba dicho y hecho. Era el momento, en mi interior abundaba una extraña tranquilidad y hasta pasividad en algunos aspectos, me predicaba "estar bien" y lo hacía, en efecto. Transimitía a mi alrededor la felicidad de que se cumpliera ya la profecía aquella para ponerme a prueba finalmente, era una especia de mazoquismo sin duda.
Bastaron un par de palabras, algunos gestos y por último un beso, para que muchas cosas resbalaran y cayeran al piso. El reloj mi mejor amigo. No voy a decir que mis días se tornaron unas pesadillas repartidas en horas, porque sería una malagradecida. Pero lo que si es que "la prueba" se volvió cada día que pasaba en un suplicio eterno del cual no podía salir.
Sí, hablo en pasado a pesar que el panorama es el mismo, sólo se que en un afán de recuperar sensaciones pasadas, satisfacciones y placeres, he buscado y rebuscado dentro y fuera mio tratando de aplacar hasta el más mínimo sentimiento de desamparo y desesperación. Me he convertido en una histérica temperamental, o por lo menos hoy lo hago notar sin trancas.
Revisé unas fotos y ya no existe el "que ganas de revivir esos momentos" sino un "que ganas de volver a estar ahí y sentir su pelo en mi cara", he degradado cada recuerdo en detalles que me hagan tenerlo más cerca, y no son simples detalles cursis sino la resucitación misma de una sensación física que desencadene un sentimiento. No sería prudente utilizar un "queda poco", quizas mejor un "queda menos" ya que de las 6 semanas han pasado 3 y hoy sentí lo mismo que el primer día sin verte."

- (...) Ha sido un agrado charlar con usted, espero tenerlo cerca cada vez que necesite. Aquí mismo. . . en medio de la nada.






*Lo gracioso es que con esto solo digo las cuatro mismas palabras de siempre. . . (si no las sabes no es malo preguntar)

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo tambien te echo de menos....